martes, 19 de agosto de 2008

Monserga indigenista

Defender ardorosamente a todo lo que signifique indigenismo es sentar el hecho claro de la exclusión; es decir al indígena se le aísla de la mayoría envés de incorporarlo y homogenizarlo con la sociedad.

El tiempo esta ligado a la evolución del hombre y las sociedades, las culturas sirven de herencia pero se modifican en el futuro; es cierto que marcan y dejan huella, pero estas desparecen y/o minimizan en el transcurrir de los años y solo sirven como un antecedente.
En pleno siglo XXI no deberían existir grupos humanos tribalizados, aislados de la tecnología, la educación, del desarrollo y del nuevo saber.

Los que piensan de esta forma e intentan mantener intactas estas formas de subcultura que son parte de la evolución del hombre moderno los condenan al ostracismo y a seguir viviendo en el viejo macondo de García Márquez, infiriéndoles la orden no dicha, que de este estado nunca deben salir.

Lógicamente estos falsos benefactores y defensores del indigenismo anteponen los derechos humanos como barrotes infranqueables que les permitirá usufructuar económicamente y ensalzar sus ganas de emponderarse de los fácilmente manipulables, utilizando la consabida monserga ambientalista que impacta a financistas y a algunos opinologos débiles de mente y espíritu.

Para ellos cualquier decreto, o acción que pretenda incluir al indígena al desarrollo, educación, etc. y se le otorgue los medios parta vivir en un mundo cada vez mas homogéneo, siempre será considerado como una vulneración a los derechos humanos. Mentira, hacer valer los derechos al indígena es incorporarlo a la sociedad mayoritaria con todos los beneficios y deberes que ella tiene.

Dr. Jorge Ramal Niquén