“Cada uno tiene el perro que se merece”. Es la expresión y conclusión, en franca “mea culpa” del estudioso catedrático de la PUCP al escudriñar cabalmente el artículo publicado por el presidente Alan García Pérez.
Sociológicamente, el perro del Dr. Sinecio López es un canino reactivo a las verdades crudas y directas por que defiende ferozmente al batallón caviar tratando de morder al aprismo y al APRA gubernamental con anacronismos sesgados, nacidos en una grandiosa imaginación sobre una realidad que observa desde una óptica tubular.
Esta naturaleza de perros, que fungen de lazarillos de “prestigiosos analistas políticos”, caviares autoproclamados salvadores, onegeistas antinacionales, izquierdistas de ideología y praxismo desfasado, reacondicionados ambientalistas y supuestos defensores de los derechos humanos son sin duda alguna, los que queriendo ganar dinero, chanzas políticas, y otras retribuciones minan la credibilidad del pueblo y tratan de enfrentarlo a un gobierno, a todas luces diferente y propositivo.
Esta claro que el gobierno comete errores, y no es perfecto, pero su merito esta, en que no abdica su pensamiento practico, valoriza lo real del crecimiento económico e intenta potenciarlo para salir del subdesarrollo con propuestas francas y educativas dirigidas a una población que tiene que reconocer el banco donde está sentado. Léase, El Perú es un país inmensamente rico. Alguien dijo que “El Perú era un mendigo sentado en un banco de oro”. Por otro lado este gobierno no descuida su responsabilidad social en los sectores más pobres mientras se intenta reducir las brechas de inequidad y desigualdad en el ámbito productivo.
En el contra artículo del Dr. Sinesio se intenta revivir el viejo antiaprismo infiriendo la presencia de la oligarquía peruana encarnada en los Miro Quezada, que hoy en el proceso de globalización han dejado de ser entes representativos de esta casta para ser simples difusores de información, pero cuyo diario “El Comercio”, al tener mayor tiraje a nivel nacional - por ello mas alcance al pueblo – ha sido el medio para difundir un escrito valedero del Dr. AGP.
Lo que allí dice no lo ubica doctrinariamente al presidente del Perú en el polo opuesto de "El antiimperialismo y el APRA" y otros escritos como pretendió asumir Sinesio en su artículo titulado en defensa del perro del hortelano. Su perro. Pues la apreciación y análisis de Víctor Raúl Haya de a Torre sobre la cuestión de la tierra, el capital de inversión productiva que trae desarrollo y da trabajo digno fueron expresadas en los años aurorales de 1930 y en ello no se ha contradicho AGP en lo mas mínimo. Por tanto no se puede asumir que el Apra gubernamental ha virado a la derecha, debe considerar en su análisis que los cambios en democracia, en un país como el nuestro no pueden darse en forma radical y con gran rapidez al tener un lastre colonial que es la falta de educación.
Así, mismo la doctrina aprista se nutre en el intento de praxis de este artículo. “El Síndrome del Perro del Hortelano”, con ideas innovadoras como es la “convivencia del desarrollo”: La minería debe saber convivir con la agricultura, las comunidades con la inversión agrícola, los pescadores con la acuicultura, el uso productivo y racional del agua en su conexión con la energía, la fortaleza de los bosques como revalorización del indígena selvático, la cultura de la tributación en ancha base, etc., de tal manera que el fin no es la extracción del recurso natural o la simple protección del capital proveniente de las trasnacionales o de países ricos sino el darle valor agregado al recurso natural para que en si mismo se capitalice y pueda brindar un crecimiento sostenido usando para ello nuestras propias herramientas y de ningún modo es la intención de privatizar por privatizar o como desliza cruelmente expropiar para privatizar.
Del artículo de Sinesio López y de muchos otros que han opinado acerca de este tema se desprende el tufo triunfalista de una gran jauriílla canina que rebosa de alegría cuando pone piedras en el camino al desarrollo peruano, asumiendo sesudamente que tienen la razón, aunque en la relatividad del tiempo descubran que están herrados, o de repente piensen que el pensamiento de Tocqueville que fundamenta que la envidia es una forma de combatir la desigualdad en democracia es su mejor bandera para opinar.
Concepto de Jauriílla Canina: Perros que atacan en grupo dejando tras de si solo muerte.
Sociológicamente, el perro del Dr. Sinecio López es un canino reactivo a las verdades crudas y directas por que defiende ferozmente al batallón caviar tratando de morder al aprismo y al APRA gubernamental con anacronismos sesgados, nacidos en una grandiosa imaginación sobre una realidad que observa desde una óptica tubular.
Esta naturaleza de perros, que fungen de lazarillos de “prestigiosos analistas políticos”, caviares autoproclamados salvadores, onegeistas antinacionales, izquierdistas de ideología y praxismo desfasado, reacondicionados ambientalistas y supuestos defensores de los derechos humanos son sin duda alguna, los que queriendo ganar dinero, chanzas políticas, y otras retribuciones minan la credibilidad del pueblo y tratan de enfrentarlo a un gobierno, a todas luces diferente y propositivo.
Esta claro que el gobierno comete errores, y no es perfecto, pero su merito esta, en que no abdica su pensamiento practico, valoriza lo real del crecimiento económico e intenta potenciarlo para salir del subdesarrollo con propuestas francas y educativas dirigidas a una población que tiene que reconocer el banco donde está sentado. Léase, El Perú es un país inmensamente rico. Alguien dijo que “El Perú era un mendigo sentado en un banco de oro”. Por otro lado este gobierno no descuida su responsabilidad social en los sectores más pobres mientras se intenta reducir las brechas de inequidad y desigualdad en el ámbito productivo.
En el contra artículo del Dr. Sinesio se intenta revivir el viejo antiaprismo infiriendo la presencia de la oligarquía peruana encarnada en los Miro Quezada, que hoy en el proceso de globalización han dejado de ser entes representativos de esta casta para ser simples difusores de información, pero cuyo diario “El Comercio”, al tener mayor tiraje a nivel nacional - por ello mas alcance al pueblo – ha sido el medio para difundir un escrito valedero del Dr. AGP.
Lo que allí dice no lo ubica doctrinariamente al presidente del Perú en el polo opuesto de "El antiimperialismo y el APRA" y otros escritos como pretendió asumir Sinesio en su artículo titulado en defensa del perro del hortelano. Su perro. Pues la apreciación y análisis de Víctor Raúl Haya de a Torre sobre la cuestión de la tierra, el capital de inversión productiva que trae desarrollo y da trabajo digno fueron expresadas en los años aurorales de 1930 y en ello no se ha contradicho AGP en lo mas mínimo. Por tanto no se puede asumir que el Apra gubernamental ha virado a la derecha, debe considerar en su análisis que los cambios en democracia, en un país como el nuestro no pueden darse en forma radical y con gran rapidez al tener un lastre colonial que es la falta de educación.
Así, mismo la doctrina aprista se nutre en el intento de praxis de este artículo. “El Síndrome del Perro del Hortelano”, con ideas innovadoras como es la “convivencia del desarrollo”: La minería debe saber convivir con la agricultura, las comunidades con la inversión agrícola, los pescadores con la acuicultura, el uso productivo y racional del agua en su conexión con la energía, la fortaleza de los bosques como revalorización del indígena selvático, la cultura de la tributación en ancha base, etc., de tal manera que el fin no es la extracción del recurso natural o la simple protección del capital proveniente de las trasnacionales o de países ricos sino el darle valor agregado al recurso natural para que en si mismo se capitalice y pueda brindar un crecimiento sostenido usando para ello nuestras propias herramientas y de ningún modo es la intención de privatizar por privatizar o como desliza cruelmente expropiar para privatizar.
Del artículo de Sinesio López y de muchos otros que han opinado acerca de este tema se desprende el tufo triunfalista de una gran jauriílla canina que rebosa de alegría cuando pone piedras en el camino al desarrollo peruano, asumiendo sesudamente que tienen la razón, aunque en la relatividad del tiempo descubran que están herrados, o de repente piensen que el pensamiento de Tocqueville que fundamenta que la envidia es una forma de combatir la desigualdad en democracia es su mejor bandera para opinar.
Concepto de Jauriílla Canina: Perros que atacan en grupo dejando tras de si solo muerte.
Dr. Jorge Ramal N.