Sabemos que la economía de un país se fortalece si existe un buen sistema tributario (capacidad de recaudación) y por otro lado para que un país pretenda crecer con rostro social debe tener una administración eficiente para la redistribución de la recaudación (capacidad de gasto) por tanto el tamaño y la estructura del estado debe estar acorde con la operatividad que se busca; es decir, se debe promover que la burocracia se modernice y tecnifique, y no solo su reducción.
El mercado globalizado hace lo suyo aumentando el nivel y características de productividad (crecimiento industrial, exportador, generación de empleo, reducción de la pobreza, así como modela la estructura social económicamente hablando).
Además, el manejo adecuado de estas variables en paréntesis señaladas, repercuten profundamente en a gobernabilidad de un país, y que fortalece la democracia, entendida en términos económicos.
El sistema tributario Peruano nos presenta algunas características que lo hacen especial en el contexto latinoamericano, aunque aun falta un largo trecho por recorrer para lograr una expansión de la tributación (base de tributantes).
La Disminución de costos directos e indirectos, la erradicación de los refugios fiscales, la política social arancelaria adecuada, la transparencia legislativa del sistema de tributación, la inclusión de una verdadera toma de conciencia en cuanto a la responsabilidad política del ejecutivo como ente regulador, imparcial y de estirpe social del impuesto monetarizado para tratar de influir en el mercado positivamente mediante una política impositiva no distorsionadora promoviendo impuestos correctores con equidad vertical juiciosa.
En cuanto a los parámetros básicos para apreciar el sistema tributario peruano, este logra actualmente una:
(1) Eficiencia económica relativa; Es mi impresión que a pesar del éxito de recaudación en estos últimos años y el crecimiento sostenido de este año cercano al 8% que ha permitido un gran nivel de ahorro fiscal, se ha debido esencialmente a expensas de la recaudación por concepto minero y cierto repunte por concepto de exportación pero no por la calidad de los instrumentos de tributación. Es decir tener un IGV del orden del 19% obliga apagar un impuesto exponenciado a todos los peruanos. Léase, grava injustamente a los mas pobres varias veces el impuesto, en cambio al empresario o productor no o afecta tanto por que siempre tiene la posibilidad de usar la llamada detracción fiscal del IGV (Crédito Fiscal), o los llamados incentivos para la inversión y productividad (generalmente de naturaleza extractiva). Por otro lado no existe una tributación proporcional en relación a las sobre ganancias pero cuidándose de no ahuyentar la inversión. No existe tributación de equidad vertical en apoyo a la salud y la educación, tal vez por falta de una política de desarrollo de estos sectores.
En síntesis puedo decir que esta eficiencia económica cumple por el momento el objetivo de una mayor recaudación pero no es socialmente redituable.
La sencillez Administrativa de nuestro sistema es adecuada si se toma en consideración que los impuestos a la renta de tercera, cuarta y quinta categoría, el ITF, Los impuestos correctores como al tabaco, licor y otros como de la gasolina y combustibles, política arancelaria discriminativa no selectiva son fáciles de manejar y captan adecuadamente los recursos para nutrir la caja fiscal.
La Flexibilidad precisamente no es una virtud de nuestro sistema tributario por que no es capaz de reducir los impactos de la externalidades, variaciones negativas del mercado, pudendo promover monopolios, acaparamientos y además no repercuten favorablemente en los sistemas de salud, ambiente y educación.
Por otro lado el sistema tributario es tardío en reaccionar a los fenómenos recesionales, inflacionarios o mixtos; lo que repercute en la estabilidad del sistema económico y financiero de capitales aumentando el riego alarmista económico ocasionado por la inseguridad natural del rico y del pobre.
La flexibilidad del sistema de por si se ve afectada por la velocidad con que pueden llevarse a la práctica los cambios de la legislación fiscal (una vez aprobada) y los retardos en la recaudación de los impuestos.
Responsabilidad Política Si bien es cierto el sistema tributario no es el óptimo hablando en términos de lo posible dentro de la complejidad del sistema, hasta ahora el manejo del estado-gobierno desde la década del 90 a la actualidad a dado frutos interesantes, traduciéndose en una pendiente de ascenso que ha permitido viabilidad económica y crecimiento; seria mezquino restar merito a la responsabilidad política en este tema.
El estado no debe gravar con impuestos sin previamente informar los beneficios y contras al pueblo ya que esto es parte esencial de la llamada responsabilidad política, Un ejemplo de lo expresado es la elevación del IGV; que tuvo éxito como herramienta recaudatoria pero la opinión pública al desconocer la implicancia técnica de este impuesto la acepto sin mucho cuestionamiento.
Es por ello importante que el gobierno sepa conjugar la responsabilidad tributaria en pro del bienestar económico del país con la sensibilidad política que debe tener para imprimir gobernabilidad a su mandato al efectuar los cambios tributarios que no afecten al poblador de la base social.
La Justicia desde el punto de vista de la tributación este siempre tiene sus bemoles y es difícil tipificar lo que es justo o injusto. Es mi opinión que el sistema impositivo para promover un sistema de equidad tiene que tener en cuenta la horizontalidad y verticalidad del impuesto ya que somos un país con severas fracturas sociales y grandes desigualdades económicas, donde la renta, el consumo, el bienestar, y la capacidad de pago son factores divisorios que circunscriben grandes sectores, por lo que es necesario una monitorización adecuada de estos bolsones poblacionales antes de proponer un determinado impuesto.
El mercado globalizado hace lo suyo aumentando el nivel y características de productividad (crecimiento industrial, exportador, generación de empleo, reducción de la pobreza, así como modela la estructura social económicamente hablando).
Además, el manejo adecuado de estas variables en paréntesis señaladas, repercuten profundamente en a gobernabilidad de un país, y que fortalece la democracia, entendida en términos económicos.
El sistema tributario Peruano nos presenta algunas características que lo hacen especial en el contexto latinoamericano, aunque aun falta un largo trecho por recorrer para lograr una expansión de la tributación (base de tributantes).
La Disminución de costos directos e indirectos, la erradicación de los refugios fiscales, la política social arancelaria adecuada, la transparencia legislativa del sistema de tributación, la inclusión de una verdadera toma de conciencia en cuanto a la responsabilidad política del ejecutivo como ente regulador, imparcial y de estirpe social del impuesto monetarizado para tratar de influir en el mercado positivamente mediante una política impositiva no distorsionadora promoviendo impuestos correctores con equidad vertical juiciosa.
En cuanto a los parámetros básicos para apreciar el sistema tributario peruano, este logra actualmente una:
(1) Eficiencia económica relativa; Es mi impresión que a pesar del éxito de recaudación en estos últimos años y el crecimiento sostenido de este año cercano al 8% que ha permitido un gran nivel de ahorro fiscal, se ha debido esencialmente a expensas de la recaudación por concepto minero y cierto repunte por concepto de exportación pero no por la calidad de los instrumentos de tributación. Es decir tener un IGV del orden del 19% obliga apagar un impuesto exponenciado a todos los peruanos. Léase, grava injustamente a los mas pobres varias veces el impuesto, en cambio al empresario o productor no o afecta tanto por que siempre tiene la posibilidad de usar la llamada detracción fiscal del IGV (Crédito Fiscal), o los llamados incentivos para la inversión y productividad (generalmente de naturaleza extractiva). Por otro lado no existe una tributación proporcional en relación a las sobre ganancias pero cuidándose de no ahuyentar la inversión. No existe tributación de equidad vertical en apoyo a la salud y la educación, tal vez por falta de una política de desarrollo de estos sectores.
En síntesis puedo decir que esta eficiencia económica cumple por el momento el objetivo de una mayor recaudación pero no es socialmente redituable.
La sencillez Administrativa de nuestro sistema es adecuada si se toma en consideración que los impuestos a la renta de tercera, cuarta y quinta categoría, el ITF, Los impuestos correctores como al tabaco, licor y otros como de la gasolina y combustibles, política arancelaria discriminativa no selectiva son fáciles de manejar y captan adecuadamente los recursos para nutrir la caja fiscal.
La Flexibilidad precisamente no es una virtud de nuestro sistema tributario por que no es capaz de reducir los impactos de la externalidades, variaciones negativas del mercado, pudendo promover monopolios, acaparamientos y además no repercuten favorablemente en los sistemas de salud, ambiente y educación.
Por otro lado el sistema tributario es tardío en reaccionar a los fenómenos recesionales, inflacionarios o mixtos; lo que repercute en la estabilidad del sistema económico y financiero de capitales aumentando el riego alarmista económico ocasionado por la inseguridad natural del rico y del pobre.
La flexibilidad del sistema de por si se ve afectada por la velocidad con que pueden llevarse a la práctica los cambios de la legislación fiscal (una vez aprobada) y los retardos en la recaudación de los impuestos.
Responsabilidad Política Si bien es cierto el sistema tributario no es el óptimo hablando en términos de lo posible dentro de la complejidad del sistema, hasta ahora el manejo del estado-gobierno desde la década del 90 a la actualidad a dado frutos interesantes, traduciéndose en una pendiente de ascenso que ha permitido viabilidad económica y crecimiento; seria mezquino restar merito a la responsabilidad política en este tema.
El estado no debe gravar con impuestos sin previamente informar los beneficios y contras al pueblo ya que esto es parte esencial de la llamada responsabilidad política, Un ejemplo de lo expresado es la elevación del IGV; que tuvo éxito como herramienta recaudatoria pero la opinión pública al desconocer la implicancia técnica de este impuesto la acepto sin mucho cuestionamiento.
Es por ello importante que el gobierno sepa conjugar la responsabilidad tributaria en pro del bienestar económico del país con la sensibilidad política que debe tener para imprimir gobernabilidad a su mandato al efectuar los cambios tributarios que no afecten al poblador de la base social.
La Justicia desde el punto de vista de la tributación este siempre tiene sus bemoles y es difícil tipificar lo que es justo o injusto. Es mi opinión que el sistema impositivo para promover un sistema de equidad tiene que tener en cuenta la horizontalidad y verticalidad del impuesto ya que somos un país con severas fracturas sociales y grandes desigualdades económicas, donde la renta, el consumo, el bienestar, y la capacidad de pago son factores divisorios que circunscriben grandes sectores, por lo que es necesario una monitorización adecuada de estos bolsones poblacionales antes de proponer un determinado impuesto.
Dr. Jorge Ramal N.