sábado, 16 de agosto de 2008

Periodismo, Ética y Moral

En los últimos tiempos hemos podido apreciar que existen ciertas personas que dicen ser periodistas pero que en realidad lo único que hacen es denigrar a esta profesión, se compran una grabadora, una cámara fotográfica, una computadora o buscan tener un programa en algún canal de cable que sólo tiene alcance de una cuadra a la redonda y van por doquier extorsionando, chantajeando al puro estilo de los delincuentes de cuello y corbata, buscan recibir prebendas o dádivas, y si alguien no cede a su medio de coacción, le envían un correo electrónico, luego una carta notarial o utilizan sus tabloides clandestinos para ejercer la pluma como una chaveta, el micrófono como altavoz que derrama lisura y la televisión como pantalla que ejercen un periodismo serio cuando en realidad lo que hacen es crucificar a sus víctimas, mellando su honor con el único objeto de tener sometidas a sus víctimas frente a esto que hace el Colegio de Periodistas, para que sancione o denuncie a estos piratas del periodismo que deniegan la profesión.

El periodismo serio y responsable cubre una labor de comunicación social de tener informada a la población donde se aplican los valores éticos morales y propios de una formación solidad de la conducta profesional que es a la vez un concepto de la vida al servicio del pueblo. El concepto de Probidad, engloba todas las virtudes, equivale a un ser que obra con rectitud de ánimo, de bien, integridad y honradez.

La veracidad, la buena fe, la honradez supone una conciencia delicada y escrupulosa, no sólo parecer honesto sino serlo en todo momento. El público confía en sus informaciones, escritos y estos no pueden ser falseados o adulterados. La lealtad, supone cumplir con las normas de fidelidad, honor, legalidad, verdad, que son todos los aspectos que fundan en la probidad. Así como la lealtad y la buena fe son principios ineludibles que presiden la vida, de la actuación del periodista responsable y serio en sus apreciaciones. El verdadero periodista guarda fidelidad a la palabra dada de no defraudar la confianza que la ciudadanía tiene en él, no abusa de ella ya que ésta es la base indispensable de todas las relaciones humanas en una sociedad.

El periodista debe guardar celosamente su independencia, frente a los poderes públicos y demás autoridades ante los cuales desarrolla su trabajo, con el cumplimiento de su cometido profesional. Si el periodista no es digno, ni respetable, ni honesto, si hiere la consideración del hombre de bien, difícilmente logrará la adhesión de los demás. Ningún desasosiego, ningún miedo de vivir justifica apartarse de los cánones de la moral. Todo esto hace que su dignidad y reputación sea intachable. Por ello, se debe verificar la moralidad y los antecedentes de quienes aspiran a ejercer esta profesión y sancionar a sus miembros y los periféricos que infrinjan sus postulados éticos y morales.

La firma de artículos, la emisión de opiniones hacen responsable de su contenido; se viola la ética profesional si no se conoce fielmente el contenido o los hechos que se narran. No debe perderse de vista que el periodismo es un servicio público, una función social, para la defensa del derecho y la justicia, por lo cual su ente rector es la moderación en las ambiciones personales y no caer en los oscuros intereses subterráneos. Si el signo monetario se antepone a esos objetivos y valores, se trastoca el juramento empañado y se transforma el periodista en un mercader.

El deber profesional y bien administrado es la gloria del periodista. Esta es la uniforme certeza de la justicia. Compenetrarse con estos ideales y principios lleva a amar la profesión que abrazó. La Moral se refiere al fuero interno y la ética al fuero externo. La Moral y la Ética, se hallan estrechamente vinculadas. Tanto los valores morales como los éticos ofrecen una nota en común, se presentan como verdaderas exigencias, se alzan como tú debes ser frente al individuo. La Moral no sólo se ocupa de la conducta interna sino de la externa en cuanto constituye testimonio de vida. La ética mira hacia la interioridad de la conciencia, ella constituye el punto de partida de una acción externa dirigida a la sociedad que impone a la persona una elección entre acciones que debe cumplir con dignidad o apartarse de los preceptos rectores de la profesión.

La Moral valora la conducta en sí misma, de un modo absoluto e integral que tiene la vida de la persona humana, sin ninguna reserva ni limitación. La ética valora la conducta desde otro punto, en cuanto al alcance que tenga para los demás y la sociedad. El campo de imperio de la moral es el de la conciencia, el de la intimidad de la persona. En cambio, el área sobre la cual se proyecta y actúa la ética es el de la coexistencia y cooperación social, en busca de la paz social y el bien común.

El deber moral del periodista es el de contribuir a la búsqueda de la Justicia, ésta obligado en conciencia a hacer todo aquello que es intrínsecamente bueno, que representa valores auténticamente humanos. La ética exige no solo comportarse bien con respecto a si mismo, sino comportarse bien con los demás y con la sociedad, pero este deber es moral porque perfecciona al hombre y lo liga en conciencia. El periodista está obligado a hacer cumplir ambos valores.

El deber ético del profesional resalta en una forma y medida sobre el de muchas otras profesiones si se cumple con lealtad, si se atiende a la naturaleza propia de la realidad en que actúa y desempeña una función nobilísima y rectora en la vida íntegra de la sociedad y de los hombres, es decir sin un orden, no se adquiere una verdadera conducta humana social ni se logra el fin supremo, que es la dignificación de la profesión.


Corresponde al Colegio de Periodistas del Perú en su aspecto ético del ejercicio profesional adoptar procedimientos y medidas que impliquen una verdadera acción en resguardo de la moralidad en el periodismo antes que sea demasiado tarde; en el caso de aquellos que se disfrazan de periodistas para chantajear, extorsionar, trasgrediendo los principios éticos-morales del periodismo se les debe perseguir y denunciar porque utilizan esta profesión para beneficio propio enlodando al verdadero periodista, es sinónimo de delincuencia.

Periodismo, ética y moral son inseparables para el desarrollo de nuestra sociedad y deberá desecharse todo aquello que quiera corromper estos valores supremos que gobiernan a los verdaderos hombres de prensa y corresponde a ellos denunciar públicamente a quienes utilizan esta profesión sin haber sido formados para ello, con el único propósito de beneficiarse bajo el paraguas del periodismo.

Julio César Castiglioni Ghiglino