sábado, 23 de febrero de 2008

Entre la Oración y el Orador

Quisiera hallar la forma de decirle a todos los jóvenes que cuando vayan a un espejo, reproduzcan la del joven Haya en lo que ven, un hombre intensamente amado y odiado, pero finalmente un hombre como cualquiera de nosotros. Esta reflexión es porque muchos jóvenes de hoy no conocieron al Jefe. Permítanme contarles una anécdota. Era 1977 y el que estas líneas escribe era el Secretario General de la JAP del Sector "Fermín Ávila" y gestionaba la presentación de Javier Valle-Riestra en mi base, quien argumentaba "múltiples ocupaciones se lo impedían". Me dijeron "cuéntaselo al Jefe". Fui donde Haya, le di mi queja y escuché a Haya decirle a Jorge Idiáquez "Llama a Javier y dile que la juventud es lo único que me interesa y que vaya a dar la charla al 7mo Fermín Ávila".

"Ustedes son mis hijos" nos decía Haya, "sean políticos y dignifíquenla. Dedíquense a ellas con toda su vida". Es imposible oír a un padre decirles esto a sus hijos. Haya si lo hizo en más de una oportunidad. Un momento de gran sentimiento fueron las chocolatadas de los sábados donde Haya acostumbraba presidir la reunión. Toda la juventud aprista se reunía en la Sala de la JAP, le cantábamos la canción "Un Millón de Amigos" del autor brasileño Roberto Carlos. Haya las cantaba con nosotros, sus hijos, y soltaba unas cuantas lágrimas de alegría y felicidad al saber que nos esperaba la tarea de continuar su obra.

Pero los jóvenes de hoy también podrían reclamar una explicación para entender el misterio de nuestra organización: Dicen que el Cid Campeador no existió y que era solo un referente moral que hacía que los moros se retiraran al solo escuchar su nombre; dicen que el Rey Arturo no existió y que nunca nadie vio el reinado de Cámelot, pero fue la piedra angular para los anglosajones con su autoridad moral para respetar las cosas justas y lograr construir lo que ahora es el Imperio Inglés.

Para los jóvenes que nunca lo vieron vivo, tienen que saber que si existió Víctor Raúl, así nos parezca imposible de creer Vivió en la más absoluta sencillez y nunca le importó los lujos. El Jefe es y será, en este aniversario de su nacimiento, un referente moral que debemos de imitar. La historia debe decir que existió, vivió y murió pensando en su partido como el único instrumento capaz de sacar de la pobreza al Perú y a Indoamérica.

Los jóvenes con misión de futuro y ojos de ver, además deben saber distinguir entre la oración y el orador. Los discursos de Víctor Raúl Haya de la Torre en un día de la fraternidad, era la línea política centrípeta a reproducir en todo el Perú como energía centrífuga por la militancia y por lo medios de información. Hasta la prensa enemiga lo escuchaba para tener de donde atacarlo.

Ese mensaje era elaborado por el Jefe con la Comisión Política, con las bases partidarias alimentada desde sus coloquios permanentes ante el pueblo en el Aula Magna, analizando la geopolítica continental y los efectos regionales ante las variables políticas mundiales. Luego de esto, proyectaba visionariamente un panorama o un escenario para los próximos 20 o 30 años para el Perú.

Haya no preparaba un discurso pensando aquietar la base social aprista, para encender o aquietar las masas, para insultar o alagar a los oidores palaciegos. Haya quería un derrotero que dignifique a la política en su país con lecciones que trascienden la propia existencia del ser. "Los hombres pasan, las ideas quedan" nos repetía incansablemente Haya en sus coloquios.

Entonces la pregunta surge inmediatamente ¿Qué queremos escuchar este día de la Fraternidad? ¿A quien se va a dirigir el mensaje? ¿Al país, a la base social aprista, a la comunidad internacional luego de nuestra vigorosa inserción financiera y comercial o a ese paquidermo llamado Estado?

Si queremos rendir un homenaje digno al Jefe, la juventud espera la carta que trae una oración viva de lo que queremos y debemos de hacer por el país y cual es nuestro papel en el escenario continental, como partido con un programa de gobierno y con ideología. Hablemos de los que están el poder nacional y de lo que se está haciendo desde allí, sean estos apristas o no ¿Acaso no es un gobierno aprista? O alguien cree que la historia le va a pedir cuentas a ellos y no a los apristas.

Cuando iniciamos la lectura de un periódico es el retrato del diario de nuestra propia vida. No se debe iniciar su lectura por la página deportiva, policial o de la anécdota farandulera, sino por el editorial que es el cerebro y el corazón de nuestra propia existencia. No importa el mensajero, sino el mensaje. No importa el orador sino la oración. Y por ello la agenda de este Día de la Fraternidad no puede obviar tres temas fundamentales:

Relación Partido Gobierno: Programas Sociales y ausencia de operadores políticos.
Reforma del Estado: Ser foco de atención ante la firma del TLC y las propuestas globalizadoras en el "Año de las Cumbres Mundiales en el Perú" significa modernizar el Estado, pero no insistir en el temor a un gobierno de oposición alternativo.
El TLC y el escenario sub-regional Andino: Seremos peones del sistema mercantil y consumista o estamos sabiendo negociar con ese nuevo rostro financiero del imperialismo.
Estamos entrando en la era de las revelaciones con tanta información que cada día se masifica. Lo que no vemos es un proyecto con justicia social que trascienda los lugares comunes. Eso fue lo que aprendimos del Jefe: ser originales, esforzarnos por una propuesta nueva. Jamás necesitarán haber conocido al Jefe si entre la oración y el orador está la juventud y el Maestro.
Víctor Raúl Huaman Cardenas