sábado, 16 de febrero de 2008

García mintió a los jóvenes


  • Febrero 2006. Faltaban 41 días para las elecciones generales y el candidato aprista ocupaba el tercer lugar en las encuestas.
  • Hugo Otero, su asesor publicitario hoy embajador en Chile, le recordó que los jóvenes son el 30 por ciento del voto.
  • Tenemos que ganarlos como sea, se entusiasmó García. ¿Qué hay que hacer?
  • Tienes que bailar regaeetón, le propuso el publicista a su jefe y amigo.
  • Fácil, ¿es ese sonsonete que bailan los muchachos?...cómo no, peores cosas he hecho en mi vida.
  • Mañana te pongo una banda musical.
  • Hoy no le gusta que se lo recuerden.
La que sigue es una historia harto repetida aunque no siempre meditada. Hacia fines de febrero del 2006 la encuestadora Apoyo se alarmaba ante la imparable caída de Lourdes Flores (33 por ciento); se solazaba con el estancamiento de Humala (26 por ciento) y ponía sus últimas esperanzas en el 22 por ciento de García, un capital modesto pero potencialmente útil para la segunda vuelta, que se veía inevitable

Optimista, “El Comercio” del 2 de marzo anotaba: “El repunte del ex presidente (García) coincide con una nueva estrategia de campaña, que apunta fundamentalmente a los jóvenes, a quienes se pretende llegar por medio del baile de moda, el reggaetón, una expresión de origen caribeño que causa furor entre la juventud de todos los estratos sociales”.

Los dueños del viejo periódico, no obstante las claras tendencias, todavía guardaban esperanzas en su candidata: “Flores aún parece tener todo a su favor, -decían- pues en la segunda vuelta derrotaría con holgura a cualquiera de los dos (60 contra 40 por ciento a Humala y 62 contra 38 a García), pero desde hace semanas no sólo está estancada, sino que muestra una leve pero continua caída”

Los analistas atribuían ese estancamiento de Flores a la percepción de que era representante de la derecha, favorecedora de un modelo económico beneficioso para los ricos y sin respaldo popular. García se había ocupado de etiquetarla así y lo había conseguido. Lo que no decía era que él mismo ya estaba comprometido con esa derecha, se preparaba para aplicar su programa, pero se vendía como el hombre del cambio responsable.

El 05 de mayo tuvo lugar la primera vuelta. Una calamidad para Lourdes Flores, quedó tercera con 2 millones 923 mil votos (23.8%). Pasaron a la segunda vuelta, primero Ollanta Humala, con 3 millones 758 mil votos (30.6%) y segundo Alan García, con 2 millones 985 mil adhesiones (24.3%).

El mensaje más claro de esta primera vuelta fue que la mayoría de los electores apostaba por el cambio. Humanistas y alanistas querían otro país, no el que nos dejó Fujimori y que Toledo dejó intocado. La defensa del orden establecido estaba representada en ese 23.8% de Flores, importante pero insuficiente.

Ya sabemos lo que pasó en la segunda vuelta. El imperio contra Humala. Todos los medios, empezando por “El Comercio”, contra Humala. La Iglesia contra Humala. Las vedetes contra Humala. Claudio Pizarro contra Humala. Genaro Delgado Parker contra Humala. Soltaron los perros, se dijo que el Estadio Nacional sería una prisión. El muy serio sociólogo Julio Cotler pronosticó que un indeseado triunfo de Humala provocaría la huída por los techos de millón y medio de peruanos y aseguró que miles de millones de dólares volarían a Miami.

Resultado: Alan García, 6,965,017 votos (52.6%). Ollanta Humala, 6,270.080 votos (47.3%). Pero a partir de ese 13 de junio el pueblo que votó por el aprista comenzó a contar los días, para sentir y disfrutar del “cambio responsable”.

Desde entonces se han sentido estafados no sólo los agricultores andinos por la firma sin cambios del TLC; también los empleados del estado y los anémicos trabajadores de los services, los que creyeron en una revisión del régimen tributario de las grandes minas, los maestros de escuela y los profesores universitarios, que en conjunto fueron mejor tratados por Toledo, en fin.

Hoy están defraudados esos jóvenes que bailaban regaeeton y creyeron ver en ese candidato que se movía groseramente, a un intérprete de sus sueños de una mejor educación, una buena universidad y un puesto de trabajo en el horizonte. Patrañas, una estafa más en sus cortas vidas. Hasta a su querido regaee lo ha prostituido ese político que aparece en esta foto. Ya habrá tiempo, se prometen.

Ismael León Arias