lunes, 12 de mayo de 2008

¿Atentado de lesa humanidad?

Todos sabemos que la ciudad de la Oroya, Provincia de Yauli Región Junín, es una las diez ciudades más contaminadas del mundo y por lo tanto inhabitable. La Empresa Minera Doe Run, que adquirió todo los activos y los pasivos de la fundición de minerales que opera allí, está obligado a cumplir con un programa nacional de medio ambiente, las que todavía no se saben si las cumplirá, por el momento ya tiene un plazo vencido.

En el mismo corazón de esta ciudad "Oroya Antigua", acaba de ser inaugurada un moderno local escolar para el Centro Educativo "Mariscal Ramón Castilla" (INEI-11) construido con fondos del Gobierno Regional de Junín, en el mismo lugar del antiguo plantel.

El presidente Regional de Junín Dr. Vladimiro Huaroc Portocarrero, el Director del Plantel Prof. Emilio Sosa Coronel y otras autoridades, saludaron este "aporte a la educación"; al parecer, desconociendo el atentado que cometen en contra de la juventud y niñez educativa, exponiendo innecesariamente a alumnos y profesores a altos índices de contaminación, además de alentar nuevas construcciones en un lugar declarada inhabitable.

Desde hace muchos años, la comunidad campesina San Jerónimo de la Oroya y los propietarios de viviendas en la Oroya Antigua han sido notificadas para un inminente traslado de la ciudad a terrenos de Curipata, Shincamachay, Alto Marcavalle etc., por este mismo motivo han sido derruidos los campamentos mineros "Club Peruano", " La Estación ", "Los Plomos", entre otros de propiedad de la Cía. minera.

El ex Instituto Nacional de Educación Industrial (INEI 11), hoy Colegio Nacional "Mariscal Ramón Castilla" tiene un amplio terreno en el anexo de Shincamachay donde se ha edificado algunos pabellones; Pero, por un capricho que nadie entiende, los padres de familia y los mismos profesores han exigido la construcción de este edificio escolar, que no es una simple remodelación, como algunos quieren hacer aparecer; es una nueva construcción desde el cimiento y con consecuencias aun desconocidas.

Si esto se edificara en la ciudad de Chernobyl u otra ciudad con altos índices de contagio, seguramente sería condenada por todos los ambientalistas del mundo, pero como esto sucede en el Perú y en particular en la Oroya, cuyos habitantes "luchan" por defender los intereses de la empresa minera, a costa de no perder su trabajo, nadie dice nada. El mandatario regional puede declarar que "Cumplió con el Pueblo", sin que nadie le refute.

Esto es otro atentado de lesa humanidad contra toda una comunidad estudiantil, teniendo en cuenta que el presidente regional de Junín procede de ONGs, defensores del medio ambiente del mundo y el profesor Sosa es ex alcalde del distrito minero de Morococha; otrora defensor de problemas ambientales producidos por la minería. ¡Es imprescindible una investigación para evitar en el futuro, obras como esta que perjudican antes que dar soluciones y sobre todo se proteja la vida humana!

Gerardo Ramos Alanya
Director de "Visión Regional y Municipal del Perú"