martes, 26 de agosto de 2008

La Política Latinoamericana según García Márquez

En el cuento “Muerte constante más allá del amor”, Gabriel García Márquez logra, queriendo o no, describir como es el proceso real y concreto de la política Latinoamericana de esos tiempos añejos y de los mas recientes y atolondrados. Basta solo leerlo para identificar las maniobras “psicosociales” actuales que utilizan los gobernantes de países tan cercanos como Argentina o Venezuela y, por supuesto, identificar la fanfarria proselitista que se utiliza aquí en nuestros pagos peruanos.

Vayamos por partes y encartes. Para el primero vemos a un senador Onésimo Sánchez al cual ya se le da una fecha de muerte, pero es solo literatura propia de Gabo. Lo interesante viene cuando se describe la campaña electoral que retoma cada cuatro años. Nuestros políticos sacuden sus anchas posaderas cada nuevo periodo electoral para calzar las clásicas botas Hi-Tec o Caterpillar para recorrer los rincones olvidados de este país, los cuales nunca volvieron a pisar luego de electos.

En el caso del personaje, está acostumbrado a este trajín y conoce la estrategia, abarata costos y hasta se da el lujo de estar “plácido”. Como en toda campaña moderna, se sabe que el “estrado” es la mejor técnica política de llegada masiva, por lo cual, lo mismo que los ayudantes de campaña del senador Onésimo, también actualmente se prepara con anticipación el clima para poder aparecer en un entablado dispuesto con anticipación, donde los primeros en llegar siempre serán los puestos de comida y la música que nunca habrá de faltar en tales espectáculos.

“Por la mañana habían llegado los furgones de la farándula. Después llegaron los camiones con los indios de alquiler que llevaban por los pueblos para completar las multitudes de los actos públicos. Poco antes de las once, con la música y los cohetes y los camperos de la comitiva, llegó el automóvil ministerial del color del refresco de fresa.”

¿A alguien le recuerda algo?, las “portátiles” se vienen a la mente, el baile del “Chino”, Rossy War, las canastas pre-mitin y demás pintorescas maneras de llenar plazas. Un ejemplo lo vivimos en la Plaza del Congreso allá en Buenos Aires-Argentina cuando los cantantes de “Chacarera” animaban el mitin
Kirchnerista mientras habitantes de Villas Miseria bebían licor y se drogaban con mariguana a los costados de la plaza ante la vista y paciencia de una Policía inutilizada por ordenes superiores. Y más cercano aún está en nuestras mentes la campaña de Keiko Sofía Fujimori, la cual no reparó en gastos para llenar un ex cine arequipeño y montar un espectáculo musical donde la mayor atracción fue su propio marido cantando y bailando. Basta con estos ejemplo para graficar una realidad que se vive, se siente, se huele y se vomita cuando se repite cada campaña.

LOS DOS LADOS DE LA MONEDA

“… al subir a la tribuna sintió un raro desprecio por quienes se disputaron la suerte de estrecharle la mano, y no se compadeció como en otros tiempos de las recuas de indios descalzos que apenas si podían resistir las brasas de caliche de la placita estéril. Acalló los aplausos con una orden de la mano, casi con rabia, y empezó a hablar sin gestos, con los ojos fijos en el mar que suspiraba de calor. Su voz pausada y honda tenía la calidad del agua en reposo, pero el discurso aprendido de memoria y tantas veces machacado…”.

Los discursos grandilocuentes son parte del breviario político de muchos y hasta lo lujos del tránsfuguismo hace que mejoren los discursos, alcanzando notas de verdadera inspiración al defender lo indefendible y justificar lo injustificable como el porqué votaron por tal ley o porque renunciaron al Partido (y a los votantes) que los llevaron al puesto público que ostentan.

“El senador estaba en la habitación contigua reunido con los principales del Rosal del Virrey, a quienes había convocado para cantarles las verdades que ocultaba en los discursos. (…) -Entonces -dijo- no tengo que repetirles lo que ya saben de sobra: que mi reelección es mejor negocio para ustedes que para mí, porque yo estoy hasta aquí de aguas podridas y sudor de indios, y en cambio ustedes viven de eso”.

¡Cuanta verdad existe en el párrafo anterior!... los negociados se hacen de doble entrada, con los representantes de las bases partidarias, a los cuales se les promete una cuota de trabajo y con los colaboradores económicos que apoyan las campañas, a los cuales inmediatamente de asumir el cargo, se les hace cumplimiento sagrado de los beneficios. Las licitaciones, entonces, empiezan a tener nombre propio, las leyes que benefician a un sector empiezan a votarse con mayor prontitud y, por supuesto, la pobreza de un gran sector de la sociedad es asegurada porque ¿De donde se obtendrán los votos para la campaña siguiente?

El clientelismo, como se sabe, es una virtud del Capitalismo y de la política neoliberal que viven nuestros países, el cual es muy difícil de extirpar, necesariamente porque son de utilidad política, como ya lo demostró en la campaña presidencial el Partido Aprista y el mismo Partido Nacionalista.

CODA

Finalizando el cuento, Gabo muestra una realidad más oscura y degradante, la de los favores políticos a nivel personal, y si bien Laura Farina es una joven que se ofrece como parte del pago de la necesidad final de su padre, esto se puede interpretar de las mil y una maneras como desde milenios se viene haciendo política, pero, ¿Porque seguir así?, ¿Porque no cambiar la historia con perdón del insigne Premio Nobel?. El final es una mezcla de justicia divina y de escarnio público para Onésimo, realmente, y sin pecar de extremista, no deseamos algo así a varios políticos y politiqueros de nuestro medio, pero si un escarmiento que deberá llegar en Esta o en la Otra, como también proclamaba en alguna ocasión Gabo… Analicemos y actuemos para que así sea.
Sarko Medina Hinojosa