martes, 16 de septiembre de 2008

El lado oscuro de la Derecha

La derecha como proyecto electoral, jamás ha ganado una sola elección presidencial en nuestra historia, siendo una posibilidad aun lejana bajo las características culturales y socio-económicas del Perú de hoy. Pese a ello – la versión gamonalista y hacendataria del pasado o la versión neo-liberal de la derecha actual –, aún dirigen el país y abunda en la tesis "no necesitan llegar a Palacio de Gobierno para gobernar".

En esta era de los descubrimientos, de la sociedad del conocimiento y los acelerados sistemas en comunicaciones, es probable que se ponga en valor si la base programática y doctrinaria define los liderazgos de las organizaciones políticas de un Estado subdesarrollado. En tanto esto no sea demostrable, la derecha en el Perú, con todos sus defectos como proyecto político, siempre será un cuerpo de voluntades y parte del equilibrio de poderes. No se puede negar esa condición, así "la cuestión del poder" en toda democracia pase por las urnas, valla altísima para quienes no tienen predicamento al interior del país y se fundaron en alianzas con el militarismo y la iglesia católica en el pasado para subsistir. Esa cómoda forma de entender la República ante la historia, los está condenando a la artrosis y naufragio que viven hoy sus líderes, ante ese 23.7% en el 2006 que pudieron cautivar con un mensaje de centro derecha.

Este porcentaje electoral, nada despreciable, tendrá que ser el referente más cercano para evaluar su participación en los próximos procesos electorales de este privilegiado actor económico nacional. Parte de esta estrategia deberá ser captar el voto provinciano que la derecha lo articula funcionalmente a intereses antes que ideas, alianzas electorales de coyuntura antes que un proyecto nacional programático. Esta preocupación se da ante el nuevo proceso electoral regional y municipal del 2010, con un valor agregado: la real capacidad descentralizadora de las regiones como vital escalón de gestión de gobierno.

Este nuevo contexto, solo pondrá a prueba la importancia y real existencia de la estructura nacional de los partidos, quienes deberán de exponer la "fraccionalidad positiva" de sus organizaciones y que en rigor es la sistematización de las características singulares de cada región y postularlo en cada programa y doctrina regional.

El analista político Andrés Tello, lo describe certeramente en "El Partido y la Estrategia Municipal para el 2010" (
http://www.munipap.com/doc/estrategia_Muni2010.pdf), artículo crítico de nuevo discurso generacional al interior del PAP, que pone en agenda el nuevo "liderazgo social" ante la aparición de movimientos regionales independientes como contrapeso político real y objetivo a los partidos políticos.

La estrategia que viene construyendo el PAP, apunta a mantener políticamente su posición de centro y captar ese sector cautivo de centro derecha de Unidad Nacional. De lograrlo, lo que quede en la estratósfera política de los antiguos "dueños del Perú", serán los restos óseos de una ultraderecha intentando practicar algún deporte de aventura como en su pasado vergonzante y que el presente lo condena como reales enemigos de la patria
.
Víctor Raúl Huamán