sábado, 3 de enero de 2009

Un Alto En El Camino

Todos sin excepción, asistimos a un mundo turbulento, agitado y lleno de vicisitudes, de manera individual, cada uno está corriendo agitadamente tras sus actividades personales, profesionales, académicas, políticas, empresariales y familiares. Los corazones se agitan fuerte por la presión de alcanzar ciertas metas que se han trazado.

En ese andar, algunos van con rumbo y destino fijo, otros van a la deriva. Urge que todos hagamos un alto en nuestro camino, que reflexionemos, meditemos sobre nuestros actos, actitudes, gestos y poses, ver si realmente estos aspectos están contribuyendo a que seamos mejores. En ese momento reflexivo, no solo debemos pensar en el quehacer personal y familiar, sino también en la construcción de nuestra patria, para lo cual es importante que encontremos consensos, sobre los cuales construyamos una patria mejor.

El Consenso va a surgir cuando tengamos una visión de futuro compartido, este a la vez nos permitirá hacer coaliciones sobre puntos concretos y que a la vez refleje el sentimiento de las grandes mayorías y no de un grupo minoritario. Las coaliciones deben sustentarse en los principios y virtudes mas elevadas que puedan existir como son la justicia y la solidaridad. Sino tenemos en cuenta la justicia, será muy difícil que alcancemos el desarrollo. Los pecados capitales como la codicia, la vanidad y la avaricia deben ser desterrados de nuestras conciencias y de nuestros hábitos. No olvidemos que los principios como integridad, honestidad, de Calidad, de servicio veracidad y laboriosidad, jamás cambian, por lo tanto sobre ellas también podemos construir los consensos y hacer coaliciones.

Las coaliciones deben fortalecerse sobre la base de un proyecto de desarrollo nacional, donde destaquen las políticas de estado, que nos orienten en el noble ideal de construir una gran nación. Hagamos un alto en el camino para encontrar los puntos comunes, sin que eso signifique dejar de lado nuestras ideas. Los puntos comunes podrían centrarse en la lucha frontal contra la corrupción, contra el desempleo, la pobreza. Urgentemente debemos encontrar puntos comunes en cómo mejorar la educación, el sistema de salud. El Perú no puede ni debe ser dependiente de la improvisación y de los enconos eternos.

Es imperativo que encontremos coincidencias y sobre ellas poner nuestro mejor esfuerzo, para continuar en la búsqueda de las realizaciones individuales y nacionales. El tiempo inexorablemente corre, no se detiene ni un instante. En esa marcha, van nuestros nuestros sueños e ideales, los mismos que debemos luchar con hacerlos realidad.

En necesario que pongamos nuestra atención en los temas esenciales y no en los triviales. En los albores de la república peruana para ser exactos en la segunda mitad siglo XIX, en el congreso nacional se discutía si el gobierno debería ser parlamentarista o presidencialista, sin preocuparse cómo resolver los problemas nacionales, ha pasado más de un siglo y seguimos discutiendo temas parecidos, sin centrarnos en los temas de fondo, en aquellos temas que definitivamente tienen una relación directa con el desarrollo de nuestro país.

Al alcanzar el consenso tendremos la posibilidad de consolidar la curva del aprendizaje la misma que constituye el centro del conocimiento que servirá de soporte para afrontar los problemas que se nos presenten.

Hagamos un alto en el camino para soñar, para dar rienda suelta a nuestra imaginación, para crear y construir un mundo mejor. Soñemos y trabajemos para ser mejores, redescubrámonos a nosotros mismos, revaloremos nuestro espíritu y lancémonos a conquistarnos a nosotros mismos. Seguramente cuando hagamos un alto en nuestro camino, por efectos de la inercia algo de nosotros pretenderá seguir en movimiento, hasta desprenderse de nuestro ser, sería maravilloso si lo que se va de nosotros son los malos hábitos.
Cuando hagamos un alto en el camino debemos hacerlo en las más absoluta soledad, la misma que nos da la tranquilidad de nuestro hogar, busquemos estar solos con nuestro sublime altar, que es nuestra conciencia, en ese profundo silencio sintamos correr a nuestro flujo sanguíneo, palpitar a nuestro corazón, oler nuestro perfume natural. Encontremos la relación entre nuestro yo exterior con nuestro interior, de nuestro ser con la madre tierra y de la tierra con el cosmos. Es necesario conocernos y sentirnos realmente, para dar a nuestro país lo mejor de nosotros. Hagamos un alto en el camino para encontrar un momento de reflexión, que a todos nos hace falta tener.
Mesías Guevara Amasifuén