sábado, 31 de mayo de 2008

¿Y mató al perrito…y ahora, todos a llorar al río?

Sr. Director:

“Exijamos vacancia y cárcel para el insensible congresista Miró Ruiz”. “Asesino del perrito Matías”. “Ollantista mata perro buscado por la policía, terrorista de animales domésticos”, todas estas son las declaraciones que se han suscitado esta semana por el incidente ocurrido entre el Congresista Miro Ruiz y Matías, el perrito indefenso asesinado con tres balazos. La verdad es que todo esto ha tomado visos de guerra y algunos “iluminados” afirman que se trata de un psicosocial. Son un poco exageradas y exacerbadas sí, no solo por el espíritu popular que genera la desigualdad existente entre un perro y un ser humano con cinco sentidos, poder y además armado, sino que se trata de un acto sancionable. No hay duda. Pero allí nomás. Punto y aparte.

Enfrentémoslo, el Congresista luego de negarlo hasta el cansancio, digno de una conducta común que proviene de un neo-político, reconoció frente a la prensa que cometió un error, que se someterá a la justicia y que no evadirá su responsabilidad. Por lo menos muestra finalmente arrepentimiento, esperemos que sea sincero, y actúe de manera humilde frente a la justicia y no al estilo de otros políticos como el caso recordado de un ex presidente, quien jamás admitió su paternidad y ni siquiera se dignó a dialogar con su hija en su momento, y aprovechándose que se encontraba en el Poder quiso manipular –sin éxito- el Poder Judicial y a los medios.

Definitivamente hay un acto de dolo, y es que este Padre de la Patria portó un arma sin autorización, y eso sí es grave, porque puede otro ser humano ser victima de un accidente. En ese sentido, la ley tiene que ser firme.

Ahora bien, algo quedó demostrado y es la falta de autocontrol de sus impulsos. El Congresista tuvo un enfado frente al hecho de que el can Matías se estuviera comiendo a sus gallinas chilenas y en un arranque lo asesinó. El autocontrol – es una habilidad que hay que desarrollar sino viviríamos en la “incivilización”. Si por cada impulso o molestia uno se dejara llevar, cuantos padres, madres, hermanas y vecinos ya estarían muertos.

La definición de Goleman en su libro “La Inteligencia emocional”, que dicho sea de paso está tan de moda y que es algo de lo que carecen la mayoría de nuestras autoridades sobre el autocontrol es la siguiente: es la capacidad que nos permite controlar a nosotros mismos nuestro comportamiento y emociones y no que estas nos controlen, sacándonos la posibilidad de elegir lo que queremos sentir y hacer en cada momento de nuestras vidas. La próxima vez Sr. Miró no permita que sus emociones lo controlen y le impidan su capacidad de elección, porque como lo afirma el dicho popular de alguien que no recuerdo ahora su nombre: “Hasta para mentir y comer pescado hay que tener mas que cuidado”…y si no, alguien no se acuerda del ya famoso Bacalao???