martes, 5 de agosto de 2008

Altomayo, Turismo y Ecología

Con toda esta onda del cambio climático los ambientalistas, que aumentan en número, nos recomiendan hacer turismo responsable o comunitario dejando atrás las industrias que emiten carbono y los consumos sofisticados que consumen mucha energía. Es decir, dejar los apegos por la ostentación y los clásicos tours de “Sol y playa” para ir en busca del “turismo de naturaleza” y de esta nueva tendencia que se acrecienta en el mundo: el “turismo vivencial”.

¿Está de moda? Sí, y es que cada vez hay más conciencia por parte de científicos, biólogos, ecologistas, etc., y estudiantes que pertenecen a este segmento de mercado que están dispuestos a apostar por la generación de riqueza en las comunidades más alejadas o en zonas donde todavía no se ha puesto en valor los recursos turísticos existentes y con costumbres típicas que rescatar y conservar sin que esto, por supuesto, ocasione daño al medioambiente, especialmente si se hace con prevención y cuidado.

El Valle del Altomayo es una parte bellísima del Perú, donde se encuentra una gran biodiversidad de flora y fauna, y el Bosque de Protección Alto Mayo que alberga a especies diversas tales como; el escaso Mono Choro de Cola Amarilla, el Oso de Anteojos y los enigmáticos Gallitos de las Rocas, entre otras especies exóticas. Allí en el corazón de Altomayo encontraremos a TINGANA la experiencia de una comunidad que se desarrolla en la modalidad de turismo vivencial ecoturístico.

Cuando participamos con los “Tingaleses” y compartimos esta experiencia cotidiana estaremos colaborando con la creación de fuentes de ingreso adicionales para ellos, la conservación de sus ecosistemas naturales amenazados por la tala, y la conservación de sus costumbres típicas en un ambiente que se fomenta el uso sostenible de la biodiversidad.

Para los amantes de la ecología, a parte de apreciar la naturaleza, podrán ser testigos de la conservación de la arquitectura tradicional de la zona. Conocerán “los tambos” elaborados con materiales locales y con forma redonda construidos con madera y techo de hojas de aguaje decorado artesanalmente con semillas típicas. Los “baños ecológicos” con diseños bioclimáticos que separa los residuos sólidos de los residuos líquidos, en un interesante sistema de reciclaje de materia orgánica, sobre el nivel del suelo. Miradores en la copa de los árboles para la observación de aves. En fin, una variedad de construcciones ecológicas que solo pretenden la conservación.

Abundantes bosques, al adentrarnos a la naturaleza: bosques inundados permanentemente con “aguajales”, constituidos por extensiones dominadas por la palmera Mauritia flexuosa; bosques inundados anualmente llamados “renacales”, que son áreas dominadas por árboles de Ficus trigona y Coussapoa trinervia, caracterizados por tener un tronco múltiple y una alta densidad de ramas; bosque ribereño o aluvial con otras especies de árboles de las familias Moraceae, Myristicaceae, entre otros.

En este mes en el que se conmemora el 468 aniversario de fundación, la capital del departamento de San Martín, anteriormente conocida como Santiago de los Ocho Valles, junto a la ciudad de Rioja fueron declaradas Maravilla Natural del Perú en un concurso “cibernético” en el que participaron la mayoría de los recursos turísticos nacionales. En este sentido, queda demostrado que quien ha visitado este hermoso Valle se ha quedado prendado de su tierra, de su deliciosa gastronomía y de sus hermosas mujeres. Hoy por hoy, Moyobamba con su Baño Bendito, su Morro de Calzada, su recordada Gera, y Rioja con su Yacumama y su Paja de Bombanaje, son fuente de inspiración, son recurso turístico vivo y una posibilidad abierta de crecer como país.
Guillermo Tejada Dapuetto