martes, 4 de noviembre de 2008

“Lucianita en el país de la ratillas”. Crónica de una niña que se pasó de ingenua



Cuando Luciana León se vio en el espejo esa mañana del martes, 25 de julio del 2006, no sintió la deformación que se realizaba en la superficie del mismo, no se dio cuenta de los hilos que le nacían de las extremidades y tampoco que ella entró en un instante en el mundo paralelo y, que no era ella la que caminaba por Los Pasos Perdidos, sino una mala copia de sus sueños ilusiones y promesas que ofreció a diestra y siniestra durante la campaña electoral que la llevo, ese día a juramentar y formar parte en la temporal Mesa Directiva del Poder Legislativo del país llamado Perú…

“Lo lograremos realizando un trabajo con eficiencia y no sirviéndose del puesto sino al servicio de la población”, fue una de sus frases que resonó en el mundo del periodismo que le tenía un cariño especial a su juventud y, a sus increíbles ganas de alejarse del estigma bufalesco de su familia… nadie olvidaba que era hija de Rómulo León, ex púgil diputadesco (es ex profeso por siacaso) y Ministro del nuevamente, increíblemente, imposiblemente, jefe de jefes de la logia neo-aprista: Alan García Pérez, al cual, desde pequeña, aprendió a admirar y, como no de otra manera, respetar y obedecer.

Pese a eso y que era sabido que por algún lado saltaría el parentesco con tremenda joyita, la opinión pública y el periodismo de guerra investigativa, se durmió en la ilusión de que ella sería diferente. Por un tiempo fue así, y la mala copia de la Lucianita, que tanto sueño despertó en cuanto solteros la veía en la televisión (y uno que otro casado congresil), se diluyó y dejó salir a la de verdad que se encontró de pronto en la realidad concreta y directa de verse implicada en el peor de los casos de corrupción del Gobierno de su mecenas.

Mentirosa, me robaste el corazón…

Porque de otra manera no es posible explicar que sufra de amnesia consetudianria en este caso, para ir diciendo:

“Yo nunca dije que lo conocía (Fortunato Canaán), porque no me preguntaron si lo conocía o no, ensayó a manera de disculpa”. (Ojo-02 de noviembre)

La legisladora apareció anoche en dos canales de televisión (…) sin embargo, cayó en una contradicción, pues si en Panamericana Televisión rechazó saber el correo electrónico de su progenitor, media hora después, en América Televisión, admitió que el e-mail le fue remitido. "Nunca recibí ese correo electrónico", Esta versión solo duró treinta minutos, ya que al ser entrevistada en Cuarto Poder, León Romero indicó que sí recibió el correo, pero la fecha corresponde al 2007 y no a octubre de este año como registra el auto apertorio de instrucción…” precisó. (RPP Lunes, 27 de Octubre del 2008)

"Aquí se están fraguando pruebas, me quieren llevar de las narices y distraer a todo el mundo con que yo estoy implicada. El cerebro detrás de esto se está burlando de un medio de comunicación", (Andina, 28 de Octubre del 2008)

“No soy alguien que estaba como pantalla para que mi padre pueda beneficiarse. Si él lo hizo o no a cargo de mi función pública, estoy un 99% segura de que no, porque mi padre tenía buena relación con muchos ministros, ex ministros y no necesitaba de mí para poder llegar a ellos”, (El Comercio, 29 de Octubre del 2008).

Muñeca de trapo

La verdadera Luciana, es decir, esta que no puede consultar con nadie que antes la apoyaba, la que sale con ingenuidad a responder llamada tras llamada periodística, la que no conoce el juego del esconde esconde practicado por sus compañeros y que los salvó en estos años de prisiones y demás cargos (prescribe nomás mi´jo), esta Luciana es utilizada de la manera más criminal por el verdadero cerebro que anda negociando la entrega de León sin implicancias más contundentes en contra del Gobierno Estrellado de turno, es usada como una muñeca de trapo con la cual se están limpiando los zapatos, ya que la entregaron para el linchamiento mediático.

Ingenuos seríamos en creer que no sabía nada de lo de su padre, más ingenuos en declarar su inocencia a la luz de sus tiernos ojos. Mentiras y más mentiras se tejen a su alrededor de cortinita de humito casera, pero eso no quita que, en la complicidad familiar y respeto por el progenitor, haya realizado faenitas para caminar en esta política peruana de la doble moral que, sin las trampas al erario público, no avanza ni trabaja.

Lucianita, ya despertaste en el País de la Ratillas, apechuga fuerte y salte del lodo en que te estás hundiendo, tienes a miles de jóvenes peruanos que están desilusionados y dolidos por verse representados en un círculo vicioso de corrupción que tú, si TÚ, tenías la oportunidad y la obligación de cambiar. Que salga el verdadero León que llevas dentro, uno como Santillán, no como el gato techero de tu progenitor…


Sarko Medina Hinojosa
Periodista